Para explicarte este punto voy a contarte una historia corta.
Hace un año mis suegros celebraban sus bodas de oro, y decidimos montar una fiesta sorpresa para celebrarlo.
Se trataba de hacerles rememorar aquel día tan especial para ellos, así que alquilamos una preciosa casa rural, contratamos comida y bebida, baile…
Pasamos meses planificando todo en secreto, disfrutando con cada idea que se nos ocurría. Fue muy emotivo, y la verdad, un poco estresante a veces.
Como queríamos que fuera algo inolvidable, se nos ocurrió que sería un detalle muy bonito poner una tarta y que la cortaran juntos, en plan recién casados.
Entonces pensamos en hacerla nosotros mismos.
“He visto un vídeo en youtube; hay que poner un bizcocho, luego tres palos, un soporte, encima otro bizcocho. Luego lo cubres todo con fondant y lo adornas. Es fácil”
Confieso que al principio fue tentador. Podíamos ahorrarnos un buen dinero si la montábamos nosotros…
Sin embargo, en el último momento nos echamos atrás. ¿Y si se caía la tarta en medio de todos los invitados? ¿Imaginas el papelón delante de nuestros suegros, sólo por ahorrarnos unos euros?
Eso sin contar el tiempo, el trabajo y el dinero en materia prima que habría que invertir para terminar haciendo un mamarracho…todo el esfuerzo y el cariño de meses, arruinado en dos minutos por una tarta cutre.
La realidad es que yo había hecho bizcochos para casa, pero jamás había confeccionado nada igual, y menos de dos pisos, así que preferimos quedarnos quietecitos y encargarla a un profesional.
¡Fue un gran alivio! La trajeron directamente al salón de celebraciones, estaba riquísima y el efecto fue justo el que queríamos.
Las caras de mis suegros…una maravilla.
Hubiera sido una pena echar ese momento a perder sólo por no gastar un poco más en una hermosa tarta bien hecha.
Con tu web podría pasarte lo mismo.
Si crear páginas web no es lo tuyo, busca alguien que lo haga por ti.
Alguien que comprenda perfectamente tu negocio y sepa interpretar al dedillo lo que necesitas.
Piensa que vas a pagar publicidad, y quieres que tus visitantes tengan el mejor recibimiento, y el más eficaz, para vender tus productos.
Créeme, vale la pena mostrar tu mejor imagen ante ellos. No vaya a caerse la tarta justo al cortarla!
Está bien apoyarte en otras personas para hacer lo que no sabes o no quieres aprender.
Eso no te convierte en alguien menos capaz o profesional. Al revés.
Estás demostrando que cuidas los detalles, que das lo mejor a tus clientes.
Esa energía y profesionalidad se percibe y genera confianza, y la confianza es la única razón por la cual te comprarán.
Resumiendo: Está bien delegar en otros profesionales cuando no sabes algo. Es una inversión necesaria que te traerá muchos beneficios a corto plazo.